Nuestra Pastoral Colegial

En este blog estaremos actualizando las actividades Pastorales

17 agosto, 2009

LA SOLIDARIDAD



NIVEL DE LA ACCIÓN EVANGELIZADORA: Iniciación Cristiana
INTERLOCUTOR: Profesores – Padres y apoderados
TEMA: La Solidaridad
CONTEXTO Y SENTIDO DE ESTE ENCUENTRO:
Esta actividad está en el contexto de la celebración del mes de la Solidaridad. Queremos profundizar a la luz de la experiencia de Marcelino, mirar y profundizar en nuestra experiencia de Solidaridad que se ofrece para construir un mundo nuevo.
TIEMPO DE DURACIÓN: 30 minutos.

Tiempo
Actividad
Materiales
10’
Ambientación e Introducción

En esta ocasión queremos que pongan una imagen de Manos en el centro acompañada de una imagen de Marcelino.
Saludos iniciales:
Es una alegría saber que tenemos la oportunidad de recordar hoy a Marcelino y el joven moribundo Juan Bautista Montagne y también de darnos un tiempo para mirar nuestra vida y el modo en que la estamos construyendo de acuerdo a la misión que cada uno ha descubierto.
Iniciemos este tiempo de encuentro cantando Tantos Hombres
Imágenes
Vela
Aguayo
Música
ambiental Canción tantos hombres
Imagen manos, imagen Champagnat
10’
Contacto con mi experiencia.

(Se presentan imágenes que sugieren la solidaridad y legado que dejan personas con su vida. Presentar PPT )






Recuerda lo que han sido estos últimos días…
Reconoce en esta semana una o dos experiencias que se asemejen a las imágenes recién presentadas…

Si les ayuda una pregunta sería la siguiente:
¿Qué experiencia de solidaridad has visto o vivido durante estos días a nivel personal familiar y/o colegial?

Ver Power point con imágenes

15’
Nota:
(Para la profundización les pedimos que lean este pequeño texto. Luego responder las preguntas primero de manera personal, luego grupal)

Actividad de Profundización:

El profeta Ezequiel pone en boca del Señor estas palabras: “Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vosotros el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”. Enfrentados a la inevitable rutina de cada día, ¿quién de nosotros no desea poder volver a empezar, disfrutar de una segunda oportunidad, sentir dentro los latidos de un nuevo corazón?

Pero esos anhelos se nos escapan de las manos con harta frecuencia. A unos, por miedo: miedo al cambio, miedo a lo desconocido, miedo de todo lo que sea distinto a lo que nos resulta familiar. Otros dirán que, simplemente, les falta decisión para atreverse a comenzar de nuevo. Sabemos que nuestra buena disposición a emprender este proceso puede quedar desbaratada, ya sea a causa de nuestros recelos y el acomodo de la costumbre, o bien por las cosas que acontecen en torno nuestro, o la influencia ambiental de los lugares en que nos encontramos.

El lema capitular Corazones nuevos para un mundo nuevo nos indica dónde, en última instancia, recaen las responsabilidades. No podemos ayudar a transformar los corazones de los demás si primero no ha cambiado el nuestro. También es cierto que, para que se obre la transformación en el gran grupo, el cambio personal de corazón debe trascender el ámbito de lo individual. Pero, como no empecemos por nosotros mismos, pocas posibilidades habrá de que el cambio se realice finalmente.

La solidaridad, en los últimos años, viene ganando terreno aceleradamente en el campo de la misión marista. En la conciencia del marista de hoy, hermano o seglar, la solidaridad es una dimensión irrenunciable, necesariamente transversal a todos nuestros proyectos. Es un compromiso de la educación marista para que el Reino de como realidad que aún está por venir, se anticipe ya en el presente. De todo lo que podríamos decir, optamos por la definición de Juan Pablo II : “La solidaridad no es un sentimiento superficial y vago por los males que sufren tantas personas cercanas y lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de trabajar por el bien común, es decir, por el bien de todos y cada uno, porque todos somos de verdad responsables de todos”. (Sollicitudo Rei Socialis)

En el caso particular de nuestra gran Familia Marista, hoy – recordando la escena del joven moribundo Juan Bautista Montagne con Marcelino Champagnat y lo que este acontecimiento suscitó en nuestro Fundador, - decimos profundamente convencidos: “Hemos nacido de una experiencia de solidaridad”. Y esto nos moviliza a buscar en nuestro tiempo y en nuestra realidad a los Montagne que esperan nuestra dedicación. La solidaridad marista se nutre de una espiritualidad que sabe encontrarse con Dios en los rostros humanos de Jesucristo. Cultivarla enriquece a las personas mismas y transforma sus gestos solidarios en vehículos del amor de Dios. Frente a los mensajes que exaltan el individualismo, la competencia y la autorreferencia, este valor educativo pone a la persona en disposición de entrega y de colaboración con los otros. Implica el desarrollo de una doble sensibilidad, por una parte, atender a los llamados y requerimientos que vienen desde fuera de la comunidad escolar y que dan cuenta de la vida y del mundo en el que está inserto el centro educativo y que evitan el encierro en la propia realidad. Y por otra parte, busca, conoce y atiende efectivamente las necesidades que se presentan en el propio interior del colegio. Y ello lo hace con creatividad y, audacia al emplear los medios y recursos de que dispone.
¿En qué crees que se debería notar que el valor de la Solidaridad y el Servicio entre los niños y jóvenes es una de las características que define la identidad de nuestra comunidad educativa?
¿Dónde encuentras la Solidaridad y el servicio más fácilmente?
¿Qué cambios debemos hacer para tener un mundo mejor?¿ Por donde empezar? ¿Quiénes son los llamados al cambio?
En que etapa estamos como curso en el proyecto de Solidaridad.
¿Qué tarea nos encarga Marcelino hoy?



Preguntas de profundización
20’
Oración, Eco del trabajo personal y grupal
Les invitamos a contemplar esta imagen.







Canto:

Tantos hombres

Tantos hombres hay que sufren sin consuelo, tantos hombres hay que viven sin sentido, tanta gente que hay botada en el camino y que busca la mirada de un amigo.Hoy Señor me llamas tú, con mis manos y mi voz, a ser luz entre los hombres, ser un canto de esperanza.Tanto tiempo tu palabra fue olvidada y tu paz entre rencores fue dejada; por los hombres que hoy no esperan tu venida hazme un signo de tu amor y de tu vida.Tú me sabes tan pequeño entre tus manos y tan débil para levantar al mundo, necesito de tu fuerza y de tu guía, de tu voz que me ilumina cada día